¿Es un ovni? No, es un avión
La programación habitual del Canal 30 Punta Cable, de Punta del Este, en Uruguay, fue interrumpida hace unas horas para mostrar una luz que se movía despacio, exhibiendo una rara forma. Pero ¿se trató de un objeto volador no identificado (ovni)?
Al parecer no, ya que aunque la noticia asaltó las redes sociales e instaló inevitablemente la interrogante de si llegaron los extraterrestres a Uruguay, todo fue aclarado con rapidez. De hecho, pasaron solo unas horas para que la Comisión Receptora e Investigadora de Denuncias de Objetos Voladores No Identificados (CRIDOVNI) de la Fuerza Aérea uruguaya publicase un comunicado oficial vía Twitter.
En este se explicaba lo siguiente: «no era un ovni, sino un vuelo de la compañía Austral procedente de Buenos Aires con destino al aeropuerto de la Laguna del Sauce. El aparato, un Embraer 190, fue detectado por los radares y por la torre de control, con el mismo itinerario y horario que tenía el objeto volante y luminoso que había despertado la atención de todos y todas. La forma e intensidad del resplandor fueron causadas por la nubosidad».
Ahora, cabe decir que CRIDOVNI moviliza a decenas de personas cada vez que ocurren incidentes como este, expresó el Teniente Coronel Aviador de las FFAA uruguayas, Gerardo Tajes.
No obstante, en esta ocasión, «mientras un equipo de Montevideo se trasladaba a Punta del Este, el Comando de la Fuerza Aérea chequeaba sus radares y también se movía a los operadores del aeropuerto de la Laguna del Sauce».
Y es que la detección de ovnis no se toma a la ligera en Uruguay: «La Fuerza Aérea constituye la parte del Estado que tiene como principal misión la vigilancia del espacio aéreo. Así, garantizamos el control total, conocemos lo que entra y lo que sale de nuestro cielo. Resulta algo muy distinto del control del tránsito aéreo, que realiza la aviación civil. Y nosotros, con los radares, captamos las naves que no desean ser detectadas generando un banco de datos de cooperación a nivel global», abundó el Teniente Coronel Aviador Gerardo Tajes.
Sin embargo, no todos los casos se solucionan, reconoció el militar, pero la mayoría de las veces el fenómeno posee una explicación lógica y convincente.
Por ejemplo, el pasado año, cuando con varias semanas de diferencia, tres globos de helio de Google cayeron en suelo uruguayo, los aparatos, de 12 m de altura y 15 de ancho, eran parte del proyecto Loon de Google para llevar internet a los territorios rurales. Y aterrizaron sin previo aviso, asustando a algunos pobladores.
La Fuerza Aérea uruguaya es modesta, pero sigue una tradición militar que no tiene licencias cuando se trata de la soberanía territorial.
En Uruguay, una nación de 3,4 millones de habitantes, y rodeada de gigantes como Brasil y Argentina, la doctrina está clarísima: en caso de invasión terrestre, o de cualquier clase, lo primero es alertar a la población y luego organizar la resistencia en los centros urbanos hasta que los aliados brinden su apoyo.
Aunque, afortunadamente, desde hace más de un siglo, este pueblo no sufre ninguna amenaza y sus acciones bélicas solo tienen como objetivo defender su integridad.
