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jueves, 10 de mayo de 2018

España avanza por despenalizar la «muerte dulce»

Por Matraquito91

El Congreso de los Diputados de Madrid aprobó, con los votos en contra del Partido Popular y la abstención de Ciudadanos, la propuesta de ley del Parlamento de Cataluña que solicita una reforma del Código Penal para «despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido».

De esta manera, se da el primer paso para discutir una futura legislación en la regulación de la eutanasia y la despenalización del delito en la actualidad. Ahora, cabe decir que dicha tramitación se llegó a rechazar en 16 ocasiones en el Congreso, pero constituye una práctica legal en naciones del primer mundo como Bélgica, Holanda o Canadá.

Al respecto, la propuesta aprobada este jueves solicita «reformar el artículo 143.4 del Código Penal español para despenalizar la eutanasia y el suicidio con ayuda, y eximir de responsabilidad alguna a quien socorra a morir a una persona con una enfermedad terminal o incurable que le genera sufrimiento físico o psíquico.

Además, hoy día, el Código Penal de la península ibérica contempla penas de prisión de entre cuatro y ocho años para «quien induzca al suicidio de otro individuo» y a condenas de entre dos y cinco «para aquel que coopere con actos necesarios al suicidio de un ser humano» y entre seis y diez si la cooperación fuese hasta el punto de ocasionarle la muerte.

Por otro lado, en Colombia, meses después de que se aprobase la ley de la muerte digna –la misma en debate actualmente en España–, tabúes culturales impiden que los pacientes con enfermedades terminales accedan al derecho de acabar con sus vidas. «Es más sencillo decir que no», dijo Carmenza Ochoa, referente de esta causa en el país sudamericano.

Recordemos que desde el 2015, las personas que padecen de enfermedades terminales en Colombia pueden pedir una «muerte dulce y rápida» siempre y cuando el procedimiento sea realizado por un médico, explicó Ochoa, directora ejecutiva de la Fundación Pro Derecho a Morir Dignamente.

No obstante, Ochoa cree que falta información sobre el asunto por parte de la población y voluntad de la clase médica para poner en funcionamiento la ley. «Es más fácil decir no, no es ni siquiera porque no están de acuerdo», recalcó. «Falta que los doctores y las instituciones se deshagan de los tabúes culturales en cuanto a ayudarles a morir», valoró Ochoa respecto a las creencias comunes de que la muerte es negativa y la vida es positiva bajo cualquier condición.

«La religión constituye un obstáculo muy importante porque tiene la concepción de la muerte natural como algo ideal», añadió.