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martes, 8 de mayo de 2018

¿Se puede sucumbir de amor?

Por Matraquito91

La pérdida de un ser querido incrementa el riesgo de sufrir un paro cardíaco en los meses siguientes al fallecimiento, afirmó recientemente un grupo de científicos de la Universidad Rice, en Estados Unidos, quienes acaban de dar un paso más en este intransitado camino.

Durante el estudio en cuestión, donde participaron 65 personas con edades que oscilaban entre los 51 y los 80 años, y 32 de las cuales habían perdido a su pareja tres meses antes, mientras 35 integraban el grupo del control, los investigadores tuvieron presente el sexo, la edad, el peso corporal e incluso el nivel educacional de cada voluntario o voluntaria.

Y al analizar los resultados, los científicos norteamericanos arribaron a la conclusión de que los viudos tenían niveles más altos de las denominadas citocinas proinflamatorias, elementos que se ocupan de controlar los procesos inflamatorios del organismo humano, así como la variabilidad del ritmo cardíaco un 47 % más baja, algo que podría terminar en un letal ataque al corazón.

Ahora, de acuerdo con el encargado del estudio, Chris Fagundes, «en los primeros seis meses luego de la pérdida de la pareja, los viudos corren un riesgo de mortalidad un 41 % mayor». El investigador recalcó además que, «a pesar de que no todos los sujetos tienen el mismo riesgo de sufrir un ataque de este tipo, resulta importantísimo recordar que tal riesgo sí que existe». Fagundes expresó también su confianza en que dicho descubrimiento permita comprender mejor cómo influye el duelo en la salud del corazón.

Cabe decir que el artículo en cuestión será publicado en la edición del mes de julio de la revista especializada Psychoneuroendocrinology. Así que a seguirlo de cerca si no quiere acabar como el filósofo Gustavo Bueno, quien murió dos días después que su esposa o la actriz Debbie Reynols, que falleció a solo un día de la muerte de su hija, Carrie Fisher.

Estas y otras historias dan fe de un fenómeno bastante común. Y es que muchas personas no sobreviven a la muerte de sus seres queridos. De hecho, no es la primera vez que un estudio ofrece un resultado similar debido a que en el 2012, otra investigación realizada por la Universidad estadounidense de Harvard, reveló que el duelo ocasionado por la muerte de un ser querido puede afectar seriamente la salud de la persona que se queda.

Según dicha investigación, las posibilidades de sufrir un ataque al corazón o un infarto cerebral se disparan hasta un 20 % después de la defunción de un ser querido, y el riesgo persiste durante un período que puede variar entre las 24 horas y los dos meses posteriores.