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lunes, 25 de junio de 2018

Tras la varicela, llega el herpes zóster

Por Elizabeth Almeida

La varicela es una enfermedad muy común en casi todo el planeta, de hecho, casi toda la población adulta actual, tuvo un episodio de varicela en su infancia. Pero según nuevos estudios, haber superado esa enfermedad tan habitual como contagiosa durante los primeros 20 años de vida, no implica exactamente haber dejado definitivamente al virus que la causa.

Estudios médicos refiere que este virus de la varicela-zóster puede llagar al sistema nervioso y permanecer en él inactivo durante muchos años más, incluso varias décadas, hasta que pudiera reactivarse en cualquier momento para causar otra molesta enfermedad, que se desata ya en la edad adulta, el conocido herpes zóster.

Pero no todas las personas que tuvieron varicela presentan zóster y los científicos desconocen la razón exacta por la que este virus de la varicela puede reactivarse en algunas personas y en otras no. No obstante, según datos, se estima que una de cada cuatro personas tendrá al menos un episodio de herpes zóster en su vida, como explica el Servicio de Salud Pública de Reino Unido.

Según la institución médica, la mayoría de los casos de herpes zóster, están asociados con un nivel de inmunidad débil que a su vez disminuya la protección del organismo frente al ataque de infecciones y enfermedades; una caída de las defensas que pudiera a la vez estar causada por otra enfermedad o algún tratamiento médico, o quizás debido a la edad o el estrés físico y emocional, causantes de que el sistema inmunológico no funcione correctamente.

Esta efermedad producida por el virus de la varicela, empieza usualmente con un dolor, o un hormigueo en una área determinada del cuerpo, que puede ser en el torso pero también puede aparecer en la cara o incluso en el ojo. Luego se produce una erupción cutánea con ampollas llenas de líquido, que después de varios días se abren y forman costras antes de secarse. Algunas personas afectadas por este virus, presentan además fiebre, dolor de cabeza y fatiga. Los episodios de herpes zóster habitual pueden durar entre dos y cuatro semanas.

Pero en los pacientes más vulnerables puede traer asociadas complicaciones, como la neuralgia postherpética, que implica dolores nerviosos severos durante meses después de la desaparición de la erupción cutánea, además de problemas de visión en el caso de los herpes oculares y también el llamado síndrome de Ramsay Hunt, que se manifiesta cuando el virus ataca a ciertos nervios en la cabeza.

Lo más común, es la erupción del herpes, provocada por una inflamación de los nervios debajo de la piel, pues cuando está finalmente dentro del sistema nervioso, el virus puede viajar por las vías de los nervios hasta una zona determinada, en la cual sale la erupción. Un detalle curioso es que el herpes zóster no cruza esa línea imaginaria que dividiría verticalmente al cuerpo en dos mitades, sino que ataca solamente una terminación nerviosa y un costado de la médula espinal.

También, una persona puede tener un único episodio de zóster en su vida, pero también el virus podría atacar con frecuencia. Un zóster que se encuentra en el nervio facial puede causar durante años varios episodios de herpes en distintas zonas de la cara, pero siempre del mismo lado del rostro.

Exlican los médicos, que no es posible contraer herpes zóster de alguien con la condición ni con varicela, pero las personas que tienen un episodio de herpes zóster sí pueden contagiar el virus de la varicela a alguien que no es inmune a esa enfermedad, Ese contagio puede producierse por el contacto directo con las llagas abiertas de la erupción cutánea, pero si se infecta, la persona presentará varicela y no zóster.

El zóster es más frecuente en los adultos mayores de 50 años o en personas con un sistema inmunitario debilitado, pacientes con VIH, con cáncer o que han recibido tratamientos como la quimioterapia.

Pero atualmente hay dos vacunas que pueden ayudar a prevenir la aparición del herpes zóster, la vacuna de la varicela, que ahora es de rutina durante la infancia, y la vacuna contra el herpes zóster, Zostavax, que no previene totalmente la enfermedad pero puede reducir su gravedad en caso de contagio.