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miércoles, 6 de junio de 2018

Una necrópolis islámica en Uruguay

Por Arango

La colectividad musulmana tendrá su primer cementerio en Uruguay, luego de que la Junta Departamental de Montevideo aprobará la solicitud para adjudicarle una parcela de 110 metros cuadrados y 20 fosas en el Cementerio del Norte. Las negociaciones habían comenzado en el 2015, cuando el Centro Egipcio de Cultura Islámica formalizó el pedido a las autoridades de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) para obtener la parcela.

Ali Jalil Ahmad, director de la agrupación islámica Islam Center Uruguay, destacó a la prensa nacional que la iniciativa era una aspiración de toda la colectividad musulmana uruguaya la comunidad no pretendía construir grandes instalaciones. Simplemente es tener un lugar para cumplir con una tradición que es distinta a las conocidas en este país, pero que tampoco tiene grandes diferencias, remarcó.

Originalmente, la Intendencia pretendía cobrar US$ 70.000 mensuales por el mantenimiento del lugar. No obstante, la organización religiosa pidió a la comuna la exoneración de ese pago dado que carecían de los recursos económicos suficientes.

La libertad de culto es defendida por el quinto artículo de la Constitución de la República. Los cultos religiosos son libres en el Uruguay, dice. La dificultad que se plantea con los cementerios musulmanes es que el Digesto Departamental —donde se establece la normativa de funcionamiento de las necrópolis— determina que para enterrar un cadáver se debe utilizar un féretro o ataúd.

Las inhumaciones bajo tierra se efectuarán exclusivamente en ataúdes de madera de fácil descomposición y, en el caso de las que se realicen en nichos o panteones, o en construcciones similares, podrán hacerse en cajas o féretros de metal, de madera o de cualquier otro material que produzca la industria, debiendo estar provistos de los dispositivos adecuados que permitan la circulación del aire en el interior de los mismos, establece la normativa vigente.

Esto llevará a ampliar el Digesto Departamental o buscar alguna fórmula que contemple el tipo de inhumación que practican los musulmanes, aseguró a medios locales el director de Necrópolis de la IMM, Richard Burgos.

¿Hay diferencias en los rituales funerarios islámicos de distintos países?

La base práctica es común para todos los musulmanes que quieren ser enterrados según su religión, aunque luego, en cada país, región o incluso en cada tradición se añaden unas cosas u otras. Por ejemplo, en algunos sitios el cortejo fúnebre va acompañado de plañideras mientras que en otros esta práctica está muy mal vista. Depende de las tradiciones locales.

Rituales propios del Islam

De una forma muy esquemática, consisten en asistir al moribundo, siempre que ello sea posible, ayudándole a que tenga una buena muerte. Una vez producido el deceso, lo ideal es enterrarlo en las primeras 24 horas.

Para ello se debe seguir el siguiente procedimiento: lavar el cuerpo completamente (según las tradiciones de cada lugar se perfumará con determinados productos naturales) y realizar la ablución mayor con él. Luego se le envuelve en un sudario (tela blanca sin costuras, similar a la que se utiliza para hacer la peregrinación a la Meca) y, sin volver a tocar la carne del fallecido, se entierra directamente en tierra, sin ataúd y orientado hacia la Meca.

El procedimiento de lavado y purificación debe hacerlo una persona musulmana del mismo sexo que el fallecido, y del enterramiento propiamente dicho se encargan los hombres. Una vez enterrado hay una serie de días clave en los que se visita la tumba: el tercero, el noveno y a los 40 días. Esto es lo habitual y común en todos los países.