Transgenerismo en el cerebro
La identidad de género constituye una parte esencial de la salud psicológica de las personas y por esto, un equipo de expertos encabezados por Julie Bakker, de la Universidad de Lieja, en Bélgica, presentó un novedoso e interesante estudio donde se señala que la actividad y la estructura del cerebro humano en adolescentes transgénero se parecen más a los típicos patrones de activación del género deseado que aquel con el que dichos individuos vinieron al mundo.
Estos hallazgos, que serán presentados próximamente en Barcelona (España), durante la reunión anual de la Sociedad Europea de Endocrinología, indican que pueden darse diferencias en la función cerebral al comienzo del desarrollo.
Además, tales descubrimientos sugieren que las imágenes cerebrales pueden servir como una herramienta útil a la hora de identificar, desde bien temprano, el transgenerismo en los más jóvenes. Y es que las estrategias actuales en esta labor, y para la juventud, implican la psicoterapia o el retraso de la pubertad a través de hormonas, de manera que las decisiones acerca de la terapia transgénero se puedan tomar a una mayor edad.
Porque si bien la genética, con las hormonas como protagonistas, contribuyen a establecer las diferencias sexuales en cuanto al desarrollo y funcionamiento del cerebro, las mismas que conducen hacia rasgos más masculinos o femeninos, se trata de procesos que no han sido bien definidos.
También se conoce muy poco sobre cuán temprano en la vida, o en qué medida, se forman las características típicas de las personas transgénero, quienes siguen siendo un misterio para muchos. Solo el diagnóstico temprano o una mejor comprensión del asunto pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los jóvenes transgénero y sus familias.
Igualmente, en el presente estudio se tuvieron en cuenta las diferencias de sexoen los patrones de activación cerebral de 160 sujetos transgénero en respuesta a una feromona que resulta conocida, entre otros elementos, por generar la actividad específica relacionada con el género. Y los resultados mostraron que el patrón de activación cerebral en los adolescentes transgénero se parecía más al de aquellos del sexo contrario, con el que estos se identificaban en realidad.
«Aunque se requiere más investigación –explicó Bakker en un comunicado oficial–, ya tenemos evidencia de que la diferenciación sexual del cerebro cambia en los jóvenes con disforia de género, lo que nos permite equiparnos más y mejor para apoyar a estas personas, en vez de simplemente mandarlos a ver a un siquiatra y así esperar que su angustia se diluya», concluyó Julie.