Según Larrañaga, Uruguay necesita una unidad partidaria
Este fin de semana se realizó en Rocha la marcha anual del denominado Camino de Wilson, instancia en la cual se rememoraron los 34 años del regreso de Wilson Ferreira Aldunate de su exilio. Al acto asistieron los senadores Jorge Larrañaga, José Carlos Cardoso; el diputado Alejo Umpiérrez y la presidenta del Directorio del Partido Nacional, Beatriz Argimón.
Durante la cita, Larrañaga resaltó la relevancia de la lucha por la libertad y rol que tuvo siempre Wilson Ferreira en esa lucha. Wilson fue de los mejores exponentes, dijo, de esta tradición que viene desde nuestro propio origen de defensa de la libertad. Sin dudas, trazó un paralelismo con lo que representa la lucha por la libertad hoy.
El legislador remarcó que la lucha por la libertad es eterna y hay muchas formas de perderla. Eso sucede cuando se pierde el empleo, o cuando las oportunidades educativas para los hijos de los uruguayos están en función del bolsillo. También se pierde libertad cuando la gente vive con miedo, sin seguridad.
Por otro lado, Larrañaga hizo un fuerte llamado a la construcción de la unidad partidaria. El Partido Nacional tiene que seguir luchando por la libertad y representar un camino de esperanza nacional. Independientemente de las diferencias que podamos tener, que siempre serán pequeñas a la hora de hacer cuentas, porque nos demanda la historia y nos demanda el porvenir, debe prevalecer la unidad.
Larrañaga cree que necesitan una unidad real, concreta, que sea la cadena que permita enlazarnos para llevar adelante a este país que necesita más que nunca de la fortaleza, liderazgo, y construcción de ideas del Partido Nacional.
Dicho partido no puede permitirse no ganar la próxima elección. Para eso precisamos unidad por encima de las diferencias. Siempre a los blancos nos fijan un estándar superior que al resto en materia de unidad, y quizás tengamos que tener ese esfuerzo superior que nos ponga por encima de los avatares de lo cotidiano, de lo sectorial, de los temas que puedan dividirnos, remarcó Larrañaga.
El legislador nacionalista manifestó que no se trata de renunciar a las diferencias naturales ni de cumplir pretensiones de regimiento. Se trata de responder a esa mayor exigencia de unidad. Cuidemos que las diferencias no vayan más allá de lo que la necesaria unidad pueda soportar.
Para muchos políticos del país, el límite siempre será el respeto por los compañeros y por la vocación principal que tiene el partido desde su origen: poner primero a la gente y sus problemas. Primero la construcción de la alternativa de esperanza y cambio que precisa nuestro Uruguay.
