Uruguay tampoco aprueba la violencia en Gaza
Recientemente, la cancillería uruguaya expresó en un comunicado oficial su «condena» ante los sucesos de violencia extrema que están teniendo lugar en la Franja de Gaza, en el Oriente Próximo, a resultas de las manifestaciones causadas por la decisión de Estados Unidos de mover su embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén (Ciudad Santa).
Y es que Uruguay, como tantos otros pueblos, no puede aprobar actos como estos que violan los derechos humanos de personas inocentes, menos en momentos como los actuales donde el mundo necesita paz y unidad, no más conflictos, ni armas. Solo así seremos mejores y estaremos más felices.
«Uruguay, consecuente con su psotura tradicional de defensa del Derecho Internacional, ratifica su profunda preocupación por la carencia de proporcionalidad en la respuesta israelí frente a las manifestaciones ocurridas en el marco de una jornada de protesta del pueblo palestino en el área aledaña a la frontera con Israel» reza el comunicado en cuestión lanzado por el Gobierno uruguayo.
A su vez, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la nación sudamericana «ratifica la necesidad de que ambas partes (Israel y Palestina) retomen el camino del diálogo, la negociación y el intercambio como la única vía efectiva para hallar una solución que permita la coexistencia pacífica entre israelíes y palestinos y sus respectivos territorios, con límites definidos y seguros».
Asimismo, el comunicado oficial concluye mostrando «su mayor solidaridad» con las familias de las personas fallecidas, entre las que hubo niños y niñas, y a los heridos, «frente a la situación que sufren y de la cual no tienen ninguna culpa».
Pero Uruguay no fue la única nación, ni organismo internacional en reaccionar negativamente al respecto. De hecho, la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos rechazó las numerosas muertes que dejaron las protestas en Gaza señalando que atacar de esta manera debiese ser el último recurso al que recurrir en casos como este.
A su posición se sumaron países como Turquía, Reino Unido y gran parte de la Unión Europea (UE), la cual no está involucrada directamente en tales hechos, pero no por ello se muestra indiferente.
Además, ante un panorama en el que cualquiera pudiera resultar herido e incluso asesinado; infantes, mujeres, ancianos, reporteros, todos y todas debemos expresarnos.
«El empleo de la fuerza ha de ser siempre el último recurso, nunca el primero, y deberá responder a un riesgo de muerte. Y el intentar saltar o dañar una valla, o arrojar cocteles molotov, no constituye amenaza de muerte en lo más mínimo, subrayó el portavoz en Ginebra de la Oficina anteriormente mencionada, Rupert Colville.
