Las cremas solares que no protegían
Científicos de la Facultad de Química Orgánica de la Universidad Estatal Lomonosov, radicada en Moscú, han descubierto que se forman compuestos químicos peligrosos a partir de la descomposición de la avobenzona, una sustancia que forma parte de muchos de los productos de protección solar, en la interacción con el agua clorada de las piscinas y la radiación ultravioleta.
Tras una serie de experimentos en los que los científicos han simulado determinadas situaciones de la vida real en las que la protección solar, después de aplicada en la piel, entra en contacto con el agua de las piscinas, descubriendo que la descomposición de la avobenzona se produce en la piel húmeda. Esta descomposición va formando varios compuestos orgánicos que pertenecen a las clases de ácidos aromáticos y aldehídos, fenoles y bencenos, los cuales son bastante tóxicos para el organismo, según ha declarado el Dr. Albert Lebedev , uno de los autores del estudio, publicado en la revista Chemosphere.
Los autores de la investigación en cuestión alertan sobre la importancia de probar todos los productos relacionados con la cosmética y el cuidado corporal, ya que estos se encontrarán interaccionando directamente con la piel y el organismo de los seres humanos. Las pruebas en este sentido deben realizarse en situaciones reales de la vida cotidiana, en circunstancias normales en las que se utilizaría el producto, para comprobar cómo se comportará el mismo, no solo en la interacción con nuestra piel sino también con los demás componentes del ambiente que podrían influir en este proceso. En este caso los especialistas afirman que con estos primeros resultados, derivados de los experimentos con los protectores solares, podrían ‘’restringir e incluso prohibir el uso de esos productos’’.
En estos momentos el equipo de químicos se encuentra experimenta cómo se comportan estos productos en condiciones de agua dulce fresca y agua marina, en donde estiman que la descomposición de la avobenzona sería aún mayor. Añaden que, de tener el agua sales de cobre, en ocasiones utilizadas para la coloración azul de las piscinas, aparecerían grandes cantidades de la sustancia bromoformo, el cual puede provocar disfunción del hígado y los riñones y además altera el sistema nervioso, o sea un coctel Molotov para el organismo.